domingo, 17 de octubre de 2021

A CIERTA EDAD
11/07/2021

Si por la mañana te despiertan los pájaros y al abrir los ojos desde tu habitación ves el mar; si en el momento de saltar de la cama toda la casa huele ya a café y a tostadas de pan candeal; si al desperezarte como un gato no te cruje ningún hueso y sientes el cuerpo bien macerado por un sueño agradable que ni siquiera recuerdas, considera que el día empieza muy bien. Si después del desayuno te das un baño en la playa desierta y luego en la terraza del bar en el pueblo a la sombra de los plátanos compartes una tertulia con amigos en que no se habla de política y ni de enfermedades, sino de las cosas simples de la vida, de experiencias, de proyectos, de recuerdos, este placer será acrecentado si al final te das una vuelta por el mercado de frutas y verduras, y en el puesto de confianza compras lo que te pidan los ojos, brevas, melocotones, cerezas. A la hora del almuerzo nunca te sientes a la mesa con alguien que te caiga mal. Recuerda que para una buena digestión serán más importantes que la comida los comensales que te acompañen. Las risas son muy digestivas. Por lo demás come poco y hazlo despacio. La canícula requiere una buena siesta con sonido de chicharras. Procura hacerla en una penumbra de maderas entornadas, con una brisa que infle los visillos y trasmita un aroma a alcanfor y membrillo. Mientras las horas siguen su camino hay un tiempo a media tarde para la música y la lectura, pero es imprescindible que la puesta de sol te sorprenda ante una copa en un bareto junto al mar donde suene el swing de Cole Porter. Sería ideal que encontraras algún amigo esteta con quien hablar, por ejemplo, de los prerrafaelistas para merecer que el sol al fundirse en el horizonte os regale el rayo verde. Tampoco importa. Ahora queda toda la noche para contemplar tumbado las vagas estrellas y esperar que ese milagro se produzca mañana.
EN LA MAR
18/07/2021

Al sol de la mañana, navegando una mar tranquila en una barca mallorquina de madera el viejo marinero le daba las primeras lecciones a un niño de 10 años. Del puerto zarpaba a esa hora el ferry de Ibiza cargado de jóvenes pasajeros que desde la cubierta los saludaban agitando los brazos. Eran los modernos argonautas en busca del nuevo vellocino de oro. El viejo marinero izó la vela y le cedió al niño la caña del timón mientras le decía: el mar no quiere héroes que lo desafíen sino navegantes cautos, duros, discretos y sagaces que lo respeten. A los audaces vanidosos el mar los suele humillar muy pronto y al menor descuido los manda al abismo. En el mar lo más elegante es ser precavido. De hecho a los navegantes humildes e incluso a los cobardes, cuando dan la talla, los inviste de una dignidad y un orgullo que creían no tener. El mar es una gran escuela de moral, que te enseña a ser prudente y astuto, como lo era Ulises. La adversidad que encontrarás en tierra es la misma que en el mar la da el viento contrario. Nunca hay que enfrentarse a él directamente ni tampoco rendirse. El viento contrario se afronta desde un ángulo que te permite ir contra el viento gracias al viento o contra el temporal sirviéndote del temporal. También en la vida deberás aprovechar las leyes de la necesidad para ganarle cada día una pequeña parcela de libertad al destino. Si lo contemplas vestido con traje y corbata desde tierra y lo señalas con el dedo el mar es masculino; si lo navegas, lo abrazas desnudo o lo trabajas y te da de comer la mar es siempre femenina, pero sea el mar o la mar, cuando sientas que el viento atraviesa primero tu cuerpo y antes de hinchar la vela llena tu corazón ya nunca podrás olvidar que eres un navegante. Esas cosas le decía el viejo marinero a aquel niño, en cuyo pulso muy firme vibraba por primera vez la caña del timón.

LÁGRIMAS

25/07/2021

Cada mañana su madre le lavaba la cara con jabón de sosa, lo peinaba y mientras le abrochaba con amor todos los botones, le decía: Hijo, pórtate bien con el maestro. Qué lejos queda aquel niño que iba a la escuela con los lápices de colores sonando en el estuche de la cartera. Primero el Cara al sol brazo en alto, luego el dictado, la ortografía y Viriato, el mapa de España y la cantinela de la tabla de multiplicar que salía por los ventanales. Qué lejos quedan aquellos gritos del recreo y las claras acequias donde se bañaba desnudo entre los naranjos y las meriendas de pan con chocolate y los nidos secretos de petirrojos, verderones y jilgueros, y el olor a linotipia que despedían los cromos y el de las hojas de morera de la caja de los gusanos. Introibo ad altare Dei, repetía el cura en misa cuando el niño era monaguillo. Qué lejos queda aquel chaval que estrenó los primeros pantalones bombachos. Entre los radios de su bicicleta petardeaba el as de oros, la mejor carta de la baraja. A esa edad soñaba con islas misteriosas de Julio Verne y de Salgari y con aquella niña pelirroja por la que sintió por primera vez una pulsión extraña que siempre llevó asociada el aroma del espliego de la primera excursión por la montaña. Qué lejos queda el joven orteguiano que creía pertenecer a la minoría selecta y que luego en la universidad luchó contra la dictadura frente a los guardias, se alistó en el partido comunista, pasó por la cárcel y durante algunos años aún mantuvo la fe en que el mundo podía cambiar a la medida de sus sueños. Hoy es un viejo que no sabría explicar por qué una cólera larvada lo ha convertido en un sujeto tan reaccionario. Solo que en medio de su confusión política e ideológica a veces recuerda a aquel niño que iba a la escuela con la cara bien lavada, tan limpio, tan puro, tan lejano, y se le saltan las lágrimas.

BEBAMOS

05/09/2021

Pese a la ominosa pandemia que no cesa y a los cataclismos cada vez más violentos que provoca en el planeta la madre naturaleza, todo indica que el fin del mundo tampoco se producirá este año. Mientras queden por contemplar todavía maravillosas puestas de sol en el mar con un excelente licor en la mano, el apocalipsis puede esperar. Por mi parte, agosto del 2021 ha sido un mes relativamente placentero, gracias a un experimento muy sencillo que he realizado en defensa propia. Cuando empezaban los telediarios me bastaba con quitar el sonido al aparato y de repente la pantalla sin voz convertía a todos los personajes de la actualidad en una especie de crustáceos que se agitaban dentro de un acuario. Los veía mover los labios y gesticular e incluso podía imaginarlos flotando cabeza abajo como si estuvieran en una ingrávida estación espacial. Si estos crustáceos eran políticos, sabía de sobra qué estaría diciendo cada uno según su ideología, pero al menos el experimento me ahorraba tener que soportar la bronca con quijada de burro en la que sigue instalada la derecha española. Caín en este país siempre encuentra pareja para bailar un tango muy apretado. Por otra parte, el descalabro del Ejército de EE UU en Afganistán, la estampida agónica en el aeropuerto de Kabul y la imagen de los talibanes de cuyos refajos les brota siempre un Kalashnikov al que acunan como a un niño, dentro del acuario del televisor adquirían la estética de esos documentales de la sabana o del fondo del mar en los que se muestra la voracidad y el determinismo feroz de los animales en la lucha por la supervivencia. La historia de la humanidad se reduce a los hechos que seleccionan y emiten cada día los telediarios. Quítales la voz y toda la crueldad humana adoptará también la forma de espectáculo con la inocencia salvaje de una serie de National Geografic. Bebamos.

PIRATAS
12/09/2021

El año nuevo siempre empieza en septiembre, cuando las garzas cruzan formando lanzas hacia el sur y las calles se llenan de bandadas de niños y niñas que vuelven a la escuela cuyo griterío del primer día en el patio sustituye al de las golondrinas y vencejos que ya se han ido a su patria de invierno. No existe materia prima que genere tanta riqueza ni libere una energía tan limpia, sostenible y renovable como el cerebro todavía sin explorar de esos escolares que se dirigen al colegio con sus mochilas como a la isla del tesoro. No existe mina de oro comparable al cerebro humano. Al nacer todos son iguales. No hay cerebros de primera y de segunda, de pobres y de ricos, ni blancos, negros o amarillos. Todos llegan a este mundo con la misma carga energética y aunque en España durante siglos ha sido una costumbre arraigada la de arrojar cerebros a la basura, hoy sería suicida no reconocer que el cultivo de la inteligencia clara sin adherencias espurias es ya la más poderosa y tal vez la única arma que en principio iguala a todos los países. Debes saber, le dice el maestro a su alumno, que todo lo que aprendas en la escuela será un tesoro que podrás llevar a cualquier parte contigo, pasará por todas las aduanas sin que lo detecte el escáner y nadie te lo podrá arrebatar, salvo los piratas que en la travesía hacia la isla del tesoro pugnan encarnizadamente entre ellos por apoderarse de tu cerebro. Piratas son los fanáticos religiosos, los sectarios políticos, los secuaces del sistema y sus profetas, quienes desde la primera enseñanza se disputan el cerebro del niño para inocularle los propios dogmas, creencias, patrias, banderas, símbolos, mitos, cada uno acompañado de sentimientos, emociones y terrores, que quedarán grabados como un sello indeleble en el cerebro límbico del niño hasta el final de sus días. He aquí la forma más infame de latrocinio.
PRIMAVERA
19/09/2021

De noche desde casa se oía el furioso oleaje, como el esfuerzo que realizaba el mar para purgarse de toda la basura con que ha sido vulnerado este verano. Al final de las lluvias de septiembre una luz de aceite se posará sobre la copa de los árboles; las babosas treparán en las virutas de espliego en los barrancos y los alacranes de color miel volverán a soñar con el calor tórrido bajo las piedras. En las rocosas calas sombreadas de pinos sonarán todavía los últimos gritos de los niños, pero tal vez esas voces serán solo un eco en la memoria cuando después de cerrar la casa chirríe la cancela y el coche cargado de maletas se aleje por el camino de grava flanqueado por una línea de palmeras. En la casa cerrada habrá quedado la cesta con los periódicos del verano cuyos titulares sobre Afganistán con la victoria de los talibanes y otros cataclismos naturales acabarán fermentando con el aire estancado del salón. Tal vez unos melocotones olvidados en el frutero, cuando se pudran, añadirán cierto sabor dulzón a estas calamidades. Las lluvias de septiembre alegrarán los pastos y tierra adentro por valles herméticos de san Juan de la Cruz pronto empezará la berrea de los venados y sus bramidos subastando el semen ante las hembras expectantes ganarán en estética a los berridos que sin duda darán también algunos políticos en el Parlamento sin que el Gobierno y la oposición logren aparearse ni una sola vez. Vivir con la mente alejada de esta basura política es ya una obligación para un ciudadano decente. Vendrá el dorado otoño y el blanco invierno con otros males, pero cuando en primavera se abra de nuevo la casa y se libere el aire estancado, aquellas noticias siniestras que nos llenaron de angustia el pasado verano, después de fermentar en los periódicos viejos de la cesta se irán por las ventanas hasta perderse por el valle donde florecen los cerezos.
ASTRONOMÍA
26/09/2021

Recuerdo que una noche en el desierto de Atacama un astrónomo nos dio a un grupo de curiosos una lección de lo que se cocía allá arriba en el Universo; con un puntero láser señalaba las nebulosas de Magallanes y toda clase de constelaciones del hemisferio sur; las llamaba por sus nombres y añadía la distancia de años luz que las separaba de la Tierra, de hecho muchas de aquellas estrellas ya ni siquiera existían, solo quedaba su guiño parpadeante que aún venía de viaje, pero debido a la nitidez de la atmósfera de ese desierto, tal vez el más árido del planeta, tenías la sensación de que bastaba con alargar la mano para acceder a esa gran pastelería cósmica. Ciertamente aquella lección de astronomía era alucinante. Las galaxias se devoran unas a otras y en la lucha se precipitan en los agujeros negros, decía el astrónomo; nuestro cerebro tal vez podrá desentrañar un día cómo se ha creado el Universo, pero nunca sabremos por qué y para qué tanto fuego, tanto carbón. Esas preguntas no tienen respuesta, salvo la de tumbarse boca arriba una noche de verano y admirar esa fiesta de estrellas sin sentido de la que forma parte nuestra existencia. No preguntes qué puede hacer el Universo por ti, pregúntate que puedes hacer tú por el Universo. Después de explicar minuciosamente en qué consistía un agujero negro, devorador de galaxias, el astrónomo dio por terminada la clase y a continuación me dio una lección más rastrera. Mientras con el láser guiaba mis pasos en la oscuridad del jardín, me advirtió: “cuidado, aquí hay un pequeño agujero negro, no te vayas a escoñar una pierna”. Había que tener la mente en las estrellas y los pies en la tierra. O tal vez era al revés. En Atacama nunca llueve, pero basta con una ligera escarcha para que por un día el desierto se cubra de flores rojas y amarillas. Solo con la mente en la tierra se puede ver ese milagro.
BALNEARIO
03/10/2021

La dictadura franquista, pese a todo, tenía unas grietas por donde se le escapaba algún grado de felicidad. Una de esas grietas era aquel balneario de Las Arenas derruido durante la guerra en cuya puerta paraba el tranvía de la Malvarrosa. De su antiguo esplendor quedaba entonces un pabellón de baños a la manera de un Partenón pintado de azul, un cine de verano, algunos jardines arruinados con jacarandas y magnolios, el solario y la piscina con el trampolín modernista en el que se sucedía sin cesar una rueda de cuerpos juveniles, de carnes muy apretadas, que volaban antes de zambullirse en el agua. Como una celebración del mito de Sísifo uno subía la gloria del propio cuerpo a la cumbre para sucumbir de nuevo una y otra vez ante la mirada indiferente de aquellas muchachas con bañadores de faldilla sentadas en la grada. Por la noche sobre la piscina se montaba con grandes tablas una pista para bailar mambos y boleros. Recuerdo muy bien cuánta belleza guardaban aquellas ruinas. El tranvía acarreaba hacia ese balneario derruido todos los sueños de gentes aplastadas por la represión política y moral y luego devolvía a la ciudad sus cuerpos redimidos por un día de libertad en el mar con sabor a sal en los labios. En el espacio de aquel balneario derruido donde una generación de jóvenes se rebeló contra la dictadura con la única arma del placer, hoy se levanta un hotel de un lujo muy ostentoso de mármoles y columnas. Hospedado allí hace unos días, desde la terraza de mi habitación solo reconocí como vestigios del pasado, un magnolio y unas jacarandas y aunque todo era nuevo y lujoso a mi alrededor, yo aún me veía caminando por aquel viejo jardín con la toalla y el bañador de algodón con cordoncillo, solo que al mirarme en el espejo del cuarto de baño ahora veía recreadas en mi rostro aquellas ruinas de cuando todos nos creíamos los reyes de mambo.

FUEGO ETERNO

10/10/2021

Un volcán en erupción podría ser un fenómeno religioso, ante el cual habría que arrodillarse presos de pánico como los primates, puesto que nuestra cultura no ha superado todavía la neurosis del infierno. El volcán de La Palma nos obliga a contemplar en directo la forma en que el caos creó este planeta cuyo trabajo aún no ha terminado. Una sucesión de terremotos y de impactos de meteoritos quebró la corteza terrestre y por sus fisuras emergieron los vómitos de magma, de gases y de fuego emitidos desde el fondo de la tierra. La convulsión sísmica formó valles, llanuras, montes y cordilleras mientras las primeras larvas de la vida surgieron del espíritu que flotaba sobre las aguas hace miles de millones de años. La vida es una simple anécdota frente al fuego eterno, una aventura de la química orgánica que un día desaparecerá sin dejar rastro. Un volcán en erupción nos da a entender que la humanidad está bailando sobre unas placas tectónicas movedizas, aunque de momento dentro de ese caos sin sentido todavía pueden sonar los Conciertos de Brandemburgo, de Johann Sebastian Bach. La Tierra rota como una dinamo sobre sí misma dando vueltas alrededor del sol a 30 kilómetros por segundo, si bien da la sensación de que la historia humana en su locura vuela hacia ninguna parte a mayor velocidad todavía dejando atrás una estela de crueldad, de belleza y de culpa. Del fuego del volcán se sirvieron los sacerdotes para acrecentar su poder al asimilarlo al castigo del infierno. Solo un pensamiento impuro podía condenarte por toda la eternidad al fuego eterno. Pero el infierno, según la mitología, era el Averno, nombre que recibía el cráter de un volcán cerca de Cumas, en la Campania, por donde se bajaba al inframundo. Hoy el fuego del infierno, que tanto nos acongojaba cuando éramos niños, ya parece estar en poder de los poetas, de los turistas y de los científicos.

EL ASALTO

17/10/2021

A veces una revolución parte de una idea muy sencilla. En este caso se trata de la idea que tuvo un chaval desconocido, a quien por su edad o por no tener pasta suficiente le fue negada la entrada en una discoteca. Para hacer frente a su impotencia se le ocurrió comprar alcohol a granel en un bazar chino y convocar una noche de sábado a su pandilla, chicos y chicas, en un oscuro callejón. Allí colocó el radiocasete sobre el capó de un coche, puso música a toda mecha, abrió el botellón y comenzaron todos a beber, a bailar, a reír y a todo lo demás hasta la madrugada. Aquel chaval sin pretenderlo había descubierto una nueva forma de estar en este jodido mundo: cabalgar sin parar hacia ninguna parte. La discoteca era la propia calle donde nadie tenía reservado el derecho de admisión. Otros jóvenes se sumaron a esta fórmula barata y feliz de solucionar sus problemas y a medida en que se multiplicaban exponencialmente llenaron primero una plazoleta, luego un jardín, después un parque y así sucesivamente hasta convertir toda la oscuridad del fin semana de cualquier ciudad en una fiesta callejera multitudinaria. En ese tiempo había otros jóvenes airados que querían derribar el sistema y un día ocuparon la Puerta del Sol con una sentada de protesta llena de pancartas. Ahora la revolución está en manos de una creciente multitud de jóvenes bacantes que tratan de asaltar el poder, no mediante la cólera social, sino sirviéndose, como única arma, del placer de beber, de bailar, de gozar y no cesar hasta derribar la muralla. La carga de la policía se considera parte del espectáculo; las navajas que algunos exhiben son el riesgo excitante que toda aventura merece. El coro de este asalto masivo lo forman los vecinos que claman desde los balcones que estos dioses ebrios no les dejan dormir. Pero, ¿quién trata de dormir mientras el viejo mundo se cae a pedazos?