miércoles, 2 de abril de 2008

VIAJE

Viaje
MANUEL VICENT 07/10/2001

¿Entra en tus proyectos de inmediato futuro morir fumigado como un mosquito? Si estás pensando en adquirir una máscara antigás, vete primero al bar de la esquina, pide un whisky doble y trata de relajarte, porque tu no eres un vulgar insecto, sino un extraterrestre que llegó a este planeta gracias una tormenta nuclear acaecida en este punto del universo hace miles de millones de años, cuando innumerables cometas y asteroides chocaron contra la Tierra e hirvieron los océanos. Aquel desastre sideral hoy se ha convertido en un gran epopeya molecular y de ese poema químico hemos nacido todos, mosquitos y también cardenales. Los elementos que componen nuestro cuerpo se crearon en alguna estrella de nuestra galaxia y llegaron hasta nosotros después de un largo viaje. Aquella lejana estrella, al convertirse en una supernova, hizo explosión y su fuerza centrífuga sembró de enormes masas de fuego el espacio, que al enfriarse, generaron vida allí donde el azar y la necesidad encontraron un ambiente propicio, trazando una parábola que va desde las charcas donde chapotearon los protozoos hasta ese bar de la esquina en cuya barra ahora estás contando al camarero tu terror a morir fumigado con un whisky en la mano. A algunos nos seduce contemplar la vida como un compuesto químico que está de paso fugazmente por la Tierra. Un día el sol también estallará y los elementos que han constituido una carne mortal, incluyendo en ella los atributos del alma, saldrán disparados otra vez hacia el espacio en un viaje que no terminará nunca. El bien y el mal se instalarán en otro lugar del universo recreándose allí nuevamente bajo la modalidad de isótopos radioactivos, calcio, magnesio, bacteria, hongo, planta, roca, agua, crustáceo, perro, señor del traje gris o monstruo desconocido. En este preciso momento te hallas en este mundo en forma de persona y tal como viene en el programa tu obligación al día de hoy consiste en no poner cara de mosquito para no dar pistas al enemigo. Eres un tipo corriente que está tomando una copa. No compres ninguna máscara. Si de pronto sientes que la calle huele a gas mostaza, el tiempo habrá terminado, pero no te importe, porque en otro punto del universo, a la luz de otra estrella, seguro que habrá otro bar igual que éste donde con ese mismo whisky en la mano oirás a otro camarero que estará contando la bonita historia de unas personas que se creyeron mosquitos y fueron gaseadas hace mil millones de años.

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