20 años
MANUEL VICENT 15/06/1997
La libertad es como una perra de lujo llena de pulgas. Hace ahora 20 años que los españoles comenzaron a pasear por la calle en compañía de este espléndido animal. La democracia es una máquina de achicar la basura que la sociedad va generando sistemáticamente. Que esa hermosa perra te tire de la correa mientras caminas con ella por en medio del estercolero es el mejor ejercicio de salvación. Cuanto más detritus emerja a la superficie, mas democracia: señal de, que las bombas de achique funcionan. Pero se requiere tener un espíritu fuerte para convivir diariamente con los escándalos sin confundir la miseria humana con la acción del detergente. Ser un buen demócrata es mucho más difícil que tocar el piano. Después de practicar durante veinte años, la gente de este país comienza a comprender la primera regla del instrumento: no se puede tocar el piano con guantes de boxeo, como tampoco es posible arreglar con ellos las manecillas de un reloj. Una generación de progresistas que luchó por la libertad y la democracia logró abrir hace veinte año; estas dos puertas que daban a un espacio por donde hoy pasean los jóvenes con toda naturalidad a su perra de raza. Están aprendiendo a no perder la sonrisa ante la crueldad de cada día. En eso consiste la segunda regla. Además de una bomba de elevar basura a la superficie, la democracia también es un ejercicio de pianista o de relojero, un juego de muchas teclas, de muchas pinzas, de formas, pesos y medidas de un mercado en cuyos sótanos el viento de la libertad orea siempre. Supone un gran espectáculo para aquellos barbuditos hoy ya canosos contemplar a los jóvenes que son arrastrados por una perra de lujo que no es sino el espíritu de la modernidad. La democracia ha llenado España de colores. Aquella tonalidad panza de rata o a a de mosca del franquismo se ha convertido después de veinte años en un inmenso vestíbulo de estación repleto de mochilas rojas, amarillas, azules, en las cuales los jóvenes transportan el animal de sus sueños en un incierto viaje.
MANUEL VICENT 15/06/1997
La libertad es como una perra de lujo llena de pulgas. Hace ahora 20 años que los españoles comenzaron a pasear por la calle en compañía de este espléndido animal. La democracia es una máquina de achicar la basura que la sociedad va generando sistemáticamente. Que esa hermosa perra te tire de la correa mientras caminas con ella por en medio del estercolero es el mejor ejercicio de salvación. Cuanto más detritus emerja a la superficie, mas democracia: señal de, que las bombas de achique funcionan. Pero se requiere tener un espíritu fuerte para convivir diariamente con los escándalos sin confundir la miseria humana con la acción del detergente. Ser un buen demócrata es mucho más difícil que tocar el piano. Después de practicar durante veinte años, la gente de este país comienza a comprender la primera regla del instrumento: no se puede tocar el piano con guantes de boxeo, como tampoco es posible arreglar con ellos las manecillas de un reloj. Una generación de progresistas que luchó por la libertad y la democracia logró abrir hace veinte año; estas dos puertas que daban a un espacio por donde hoy pasean los jóvenes con toda naturalidad a su perra de raza. Están aprendiendo a no perder la sonrisa ante la crueldad de cada día. En eso consiste la segunda regla. Además de una bomba de elevar basura a la superficie, la democracia también es un ejercicio de pianista o de relojero, un juego de muchas teclas, de muchas pinzas, de formas, pesos y medidas de un mercado en cuyos sótanos el viento de la libertad orea siempre. Supone un gran espectáculo para aquellos barbuditos hoy ya canosos contemplar a los jóvenes que son arrastrados por una perra de lujo que no es sino el espíritu de la modernidad. La democracia ha llenado España de colores. Aquella tonalidad panza de rata o a a de mosca del franquismo se ha convertido después de veinte años en un inmenso vestíbulo de estación repleto de mochilas rojas, amarillas, azules, en las cuales los jóvenes transportan el animal de sus sueños en un incierto viaje.
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